Verano de 1943. Un joven de 19 años llega a Nueva York con unos pocos dólares en el bolsillo. Su sueño era convertirse en el mejor actor del mundo. Once años más tarde, tras aparecer en la película “Un tranvía llamado deseo”, “El salvaje” y “Nido de ratas”, se ganó el título de “rey de los actores”.
Brando excitó nuestra imaginación y generó más clichés que cualquier otra estrella con su aura, poderosas interpretaciones, extravagante belleza, actitud rebelde y una trayectoria nunca vista en la historia del cine. Pero había otra persona escondida detrás de la imagen de Hollywood: un Brando privado y secreto. Lejos de los focos, su vida era una novela oscura, un camino interminable que conducía a una neurosis y una autodestrucción cada vez mayores.
Marlon Brando, an actor named desire