La historia está ambientada en la Riviera francesa, en los elegantes años 20, donde la moda, la música y la lujuria tenían todo el protagonismo.
En 1928, Stanley Crawford, un mago e ilusionista que descubre y denuncia las mentiras de los espiritistas, se topa en la Costa Azul con un desafío sin precedentes: una joven estadounidense que parece leer los pensamientos y hablar con los muertos.