La obra maestra de Giuseppe Verdi, Rigoletto, convincente, espeluznante y hermosa se presenta por primera vez en el escenario del lago Bregenz, sobre las aguas del Lago Constanza, en Austria. El director de escena y diseñador Philipp Stölzl, conocido por sus exitosas producciones en el Festival de Salzburgo, así como por los videos musicales para la banda alemana Rammstein, destaca los sorprendentes contrastes entre el espectáculo y el drama íntimo de cámara en su producción de la ópera de Verdi, llevando al monumental Rigoletto al mundo circense para explicar la historia de un padre desafortunado que quería a su hija en demasía, controlándola demasiado para evitarle caer en las pérfidas manos del libidinoso Duque de Mantua. Consciente de que los detalles se pierden a larga distancia, Stölzl ha optado por poner en el centro del escenario una enorme cabeza, una suerte de títere en un mundo circense que mueve sus gigantescos ojos de 2,7 metros de diámetro y su enorme boca de 35 toneladas, y en una de cuyas manos, con dedos de seis metros, sostiene un globo de helio desde el que cantan los intérpretes.
