En Ginebra, la ciudad donde ha vivido la mayor parte de su vida, Martha Argerich invita a su compañera musical de toda la vida, el violonchelista Mischa Maisky, a tocar música de cámara en privado. Ambos artistas destacados aceptaron excepcionalmente ser filmados durante estos momentos únicos y profundos de agradable creación musical.
Entre las piezas, Martha se abre a su hija Annie Dutoit, en una entrevista que refleja tanto su intimidad como su acercamiento a la música.
