30 años después de Bajos instintos, Sharon Stone sigue estigmatizada por su papel de psicópata sexual. Pero el nominado al Oscar siempre ha luchado contra la dominación. Una nueva luz sobre esta actriz empoderada, que ha superado el trauma en su lucha por la independencia. Debutó en el cine en Stardust Memories, de Woody Allen, pero empezó como actriz de serie B y continuó haciéndolo durante diez años antes de conseguir un explosivo papel secundario en Total Recall y su tardía consagración llegó con Basic Instinct de Paul Verhoeven en 1992. Con su inolvidable actuación en Casino de Martin Scorsese, recibió una nominación al Oscar y el Globo de Oro a la Mejor Actriz. Después de crecer en un ambiente violento, víctima de un abuelo abusivo, siempre tuvo que luchar para conseguir papeles distintos a los estereotipados. Al luchar por ganarse el respeto en la industria cinematográfica, se convirtió en la primera actriz en pedir igualdad salarial en Hollywood. Frente a los machistas de los estudios, que prohibían a las mujeres dirigir o producir películas, tuvo que luchar más duro para finalmente coproducir una película feminista, The Quick and the Dead, estrenada en 1995. En cierto modo, encarna a la mujer independiente del del siglo XXI, que se niega a ser invisibilizada y un objeto "pasivo", sometido sólo a la mirada masculina. A los 64 años, orgullosa de su edad y finalmente consciente de su poder como mujer, la superviviente Sharon Stone está decidida a demostrar que todavía está en el juego.
Sharon Stone - Survival instinct
