LAS DOS CARAS DE LA HISTORIA DEL PADRE BROWN

Leemos en la maravillosa web Chesterton.org: “En opinión de G.K. Chesterton, lo mejor de un asesinato misterioso es que el lector no tiene ni idea de quién ha cometido el espantoso acto. O como explicó el Padre Brown: ‘Nuestra experiencia general es que todo tipo de hombre concebible ha sido un santo. Y sospecho que usted encontrará, también, que cada tipo concebible de hombre ha sido un asesino’. En ese sentido, Chesterton veía la historia de detectives como una parábola de la doctrina del pecado original”.


Gilbert Keith Chesterton fue uno de los escritores y pensadores más prolíficos y provocativos de las letras inglesas (¡y universales!). Su criatura más famosa, desde ya, es ese sacerdote en apariencia ingenuo pero endemoniadamente inteligente que brilló en cincuenta historias compiladas en cinco libros y varias adaptaciones; entre ellas, nuestra adorada serie, protagonizada por Mark Williams, que lleva ya 90 episodios.

Llegado este punto, ¿qué hace único al Padre Brown en las páginas de los libros y qué es lo mejor que tiene en la serie? Aquí va un breve juego de diferencias y similitudes para disfrutarlos a los dos.

Vamos con la primera gran (¡enorme!) diferencia: dejando de lado a algún que otro personaje o argumento conocido, y al propio Padre Brown, hay pocas similitudes entre las historias originales y la versión televisiva. Además de la diferencia en los períodos de tiempo en los que se desarrolla cada una, el Padre Brown viaja mucho en las historias cortas, mientras que sus aventuras en la TV ganan espesor en la pintura del “pueblo chico, infierno grande”. 

Otro rasgo que indica K.L. Middleton en su delicioso blog de lecturas: “Las historias originales se publicaron a principios del siglo XX y algunas de ellas contienen estereotipos culturales, prejuicios y lenguaje despectivo. Sé que esto es, en última instancia, un desafortunado reflejo del mundo en el que Chesterton vivió y escribió, pero me resultó chocante encontrarme con esas palabras”.

Sigamos. Los relatos de Chesterton son más satíricos y expresan sus firmes convicciones morales, espirituales y sociales. Hay quienes dicen que, si bien el alma del personaje de la serie está en el lugar correcto, bueno, algunas estrategias narrativas le generarían cierto escozor al propio Chesterton. Las voces más críticas en ese sentido provienen de los comentaristas que valoran del autor sus convicciones religiosas.

Luego, un empate: los libros aportan argumentos sólidos, ingeniosos y a menudo emocionantes. Aportan sobre todo las grandes líneas, las guías para construir. Pero la serie hace mucho más que completar eso (aun cuando a veces vaya en sentido contrario), con grandes guiones, una dirección sobria y un elenco sensacional: los personajes principales y secundarios están perfectamente desarrollados, y la actuación de Mark Williams como el Padre Brown es fenomenal.

Para finalizar, lo más importante: tanto en forma de libro como en su paso a la pantalla, Padre Brown es ante todo un campeón de los relatos de misterio. El número uno.

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